Observando el crecimiento en la transformación de un caqui en un caqui seco

Incluso los caquis regordetes, para convertirse en dátiles, emiten constantemente la humedad de su cuerpo, y aunque su apariencia se reduce de volumen y se arruga, se esfuerzan hoy también bajo el cálido sol para deshacerse de su forma invisible con el fin de lograr la dulzura que se manifestará en la carne del caqui.

Los hijos del Señor también necesitan un proceso de sufrimiento y paciencia para producir este fruto de vida, y esto conecta con una vida de esperanza. Aquellos que tienen esta esperanza ya habrán experimentado el amor de Dios. Es decir, sin la vida de renacimiento, no se podrá experimentar la luz y la vida, es decir, el amor de Dios que el Señor otorga (Romanos 5:3-5).

Esta vida es la realidad (certeza) de lo que se espera, la evidencia (prueba) de lo invisible, una vida de fe; y aquellos que la viven comprenderán que todo en el mundo fue creado por la palabra de Dios, y que todo lo que vemos con nuestros ojos no proviene de lo que se manifiesta en sí mismo (Hebreos 11:1-3). Por esta fe, incluso aunque duela hoy, debo abandonar y dejar de lado los pensamientos y el corazón de mi carne.

Esta vida es la verdadera vida, y también el disfrute de la libertad. Para aquellos que viven en este mundo una vida atada a la oscuridad, manchada por la lujuria de la carne y de los ojos, y la arrogancia de la vida, ¿acaso vivir como un canal de luz no es una vida que posee un tesoro invaluable?

Creo que ya no es momento de hablar solo de la historia de Jesús dentro de la iglesia, sino también de las historias de los profetas del Antiguo Testamento. Los profetas vinieron a esta tierra y proclamaron la palabra de advertencia de Dios, pero la gente de esa época no escuchó ni obedeció.

Ahora es el momento de vivir una vida de obediencia paso a paso, viendo, leyendo y aferrándonos a la palabra de vida donde nos encontramos.

Antes de la repentina venida del Señor, debemos ser como las cinco vírgenes que llenaron sus lámparas de aceite (la Palabra) y encendieron sus lámparas.

18 de noviembre de 2024. Camino verdadero